Por Jeanne Eunice HERNÁNDEZ
Quizás pensar que por el accidente llevo mal año… Pero no, hasta hoy, gracias a Dios es mi mejor año, sin duda alguna. Es increíble, en un abrir y cerrar de ojos algo pasa y eso que pasa te hace levantar la cabeza y darte cuenta de lo que está mal en tu vida.
Estoy convencida que todo en la vida pasa por algo, la voluntad de Dios es perfecta.
Logre ver cosas que no quería ver y por tanto entender cosas que no entendía, sin duda alguna me di cuenta de que las personas que creía llamar ´AMIGOS´ en este momento que más necesité me fallaron como nunca lo pensé. Pero me di cuenta que no perdí amigos, ahora solo me di cuenta quienes son los verdaderos.
Aprendí que el mundo no se lleva por delante por el simple hecho de huir de los problemas y como llevaba el timón de mi vida, no escuchaba ni entendía consejos. Y si, puedo decir que aprendí la lección.
He dado mi mejor cara ante mis problemas, y he salido vencedora, levantándome, de esta tempestad.
Me siento una gran mujer a pesar de mis defectos… y no importa todo lo que he pasado aún sigo de pie y sé que me falta mucho por pasar y mucho por aprender pero aquí seguiré de pie ante el mundo y de rodillas ante Dios que jamás me abandona, alcanzando nuevas metas y viviendo cada día.
Estoy tan agradecida con mi madre, a aquellos verdaderos amigos y seres queridos que de una manera u otra me hicieron sentir que de verdad hay personas que están en tu vida y lo cambian todo, por las que vale la pena luchar, valorar lo que realmente importa... los detalles... las pequeñas cosas... Ahora valoro más que nunca a mi familia y a seres queridos.
Estoy agradecida con Dios, gracias a este deparo del destino, soy otra, feliz y agradecida.
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